lunes, 9 de septiembre de 2013

Etapa 9. Sarria-Arzúa.


   Empezaremos etapa tranquilamente como de costumbre. La mañana y los madrugones nos obsequian con magnificas vistas de  nieblas y brumas y caminos en los que bien podrías encontrarte con alguno de los personajes del señor de los anillos. Los caminos, sendas y veredas se hacen fáciles de andar solo con disfrutar de las vistas.
   En este recorrido tendremos dos problemas que podrían habernos costado el abandono del camino. Uno de ellos se solvento con un eslabón y la herramienta para cambiarlo. Subiendo una empinada cuesta asfaltada en medio de un grupo de casas de una aldea, rompimos la cadena. Si no fuéramos preparados seria un problema ya que no todo el mundo va con un repuesto de eslabón de cadena, pero nosotros antes de salir hicimos una selección de cosas que nos podían hacer falta a lo largo del camino y que pudiéramos solucionar nosotros mismos.
   El otro problema fue una caída en un camino lleno de piedras, que por suerte solo tuvo como consecuencia unos arañazos y un manillar un pelin desviado de su lugar.
   Bueno, como podéis ver por las fotos, en Galicia hay agua, je je , por suerte para nosotros el agua no caía del cielo en los días en los que anduvimos por ella. 
   Tras 22 kilómetros llegamos a la localidad de Portomarín donde pasaremos el Miño y veremos desde el los restos del antiguo pueblo y la Iglesia transladada piedra a piedra a los mas alto del pueblo para no ser engullida por el agua. Lo primero que encontramos al pasar el puente es una gran escalera bastante impresionante. Nosotros subiremos al pueblo por carretera que ya tenemos pocas fuerzas para echarnos las bicicletas a cuestas con las alforjas.
    

En las fotos vemos la llegada a Portomarín y su Iglesia.

   Salimos del pueblo y pasaremos de 350 metros a subir a 700 metros, en unos 10 km de distancia. Estamos pasando por caminos y parece que fuéramos por una selva, tenemos la opción de subir una serpenteante carretera asfaltada pero vamos por el camino que es mucho mas acogedor y menos peligroso para el ciclista.  Empezaremos a ver los primeros orrios gallegos y aldeas empedradas.


   Lugares con encanto que iremos cruzando, viendo la belleza que para el que lo vea todos los días igual no es para tanto, pero para el que viene de tan lejos no dejan de ser lugares curiosos por lo distinto de la construcción y el paisaje.
   El día avanza y el hambre empieza a aparecer, pero nos han hablado tan bien del pulpo de Melide que sacamos fuerzas de donde sea para llegar a la hora de la comida a este lugar. A la entrada preguntamos a un hombre que nos aconseja sobre una pulpería de renombre, en la que podremos comer sin preocuparnos de nuestras cosas ya que las bicicletas están dentro del local, en la parte de atrás del mismo. Y que decir de ese pulpo, pues que estaba muy bueno y que no quedo nada en el plato.
Que buena mesa, que buen pulpo y que buen pan.
Que me dices del pulpo.
Un ultimo esfuerzo y llegaremos a Arzúa, donde pasaremos la noche en el albergue Los Caminantes II, aquí por dormir en el sótano nos cobraran un euro menos, cosa que a parte de ser mejor nos viene bien porque en el sótano hay menos gente, mas silencio y un agradable calorcito para dormir. El sitio esta bien, las bicicletas bajo techo, tiene un microondas y algo mas tenía pero optamos por el bocadillo en la plaza del pueblo, creo que nos preparamos un atún con mayonesa o algo por el estilo porque recuerdo hacer comprado una fuente para mezclar en los chinos. 
   Tras unos 70 kilómetros en los que hemos visto como nos acercábamos a los cartelitos que dicen que Santiago esta mas cerca toca un merecido descanso, sabiendo que si todo va bien mañana llegaremos a Santiago de Compostela con todo lo que ello conlleva. Nos quedan unos 40 km para llegar.
Dos hobbits recorriendo la comarca en bicicleta y golum sacando la foto, je je





                                                                               

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