miércoles, 5 de noviembre de 2014

En el día de los muertos, yo me acuerdo de los tuyos.

   Para empezar, el primer título que se me ocurrió fue: "algo se muere en el alma cuando un amigo se va", pero como a parte de estar ya inventado, iba muy rollo sevillanas, la idea fue descartada, aunque describe perfectamente la esencia de lo que es, o será el artículo. También tienes que descartar la idea de que el titulo sea ofensivo, simplemente pretende llamar tú atención para que puedas ver el auténtico contenido.
   Y la intención del mismo es el homenaje y cariñoso recuerdo al amigo David, que se nos fue antes de lo que debía, pero con la cabeza bien alta y sin perder su sentido del humor. Otra de las intenciones es rescatar del olvido una carta que hizo Raquel, (pondría los apellidos, pero no los recuerdo) y que creo, salio publicada en algún periódico de Almería. La carta decía lo siguiente:

   "Cuando nacemos, no se nos permite elegir el lugar, o como ser, sólo se nos da el derecho a vivir a sentir y a todas esas cosas tan maravillosas que sin duda provocan nuestro primer aliento. Quizás vagamos en un mar, sin rumbo, hacia la deriva en ocasiones, pero siempre algo de nosotros mismos nos hace buscar, sacar fuerza y tomar nuestro timón.
   Por eso yo admiro a la gente que siempre lucha, que nace luchando y morirá luchando, a esa gente que no elige cómo o donde nacer, que apesar de las tormentas que giran en torno a ellas siguen soñando, siguen buscando ese lugar que se les ha negado pero que sin duda merecen. Esos seres son especiales, son un regalo para la gente que tienen  a su alrededor. Ellos nos enseñan a vivir, aunque nos parezca absurdo, nos enseñan que estar vivo es un regalo y que hay que luchar, que no hay que rendirse.
   A pesar de que los asole la enfermedad, los ves llenos de ilusión, son seres tan puros, que no permanecen mucho tiempo con nosotros, desaparecen dejando su estela, dejándonos una luz siempre encendida al fondo de las tinieblas. No sé si algún día los vuelves a ver o si sus lecciones han servido de algo, sólo sé que ellos están contigo , que están cerca cogiéndote de la mano, como quizás tu los has cogido antes y tu sabes que están contigo y los sigues amando como el primer día. Pero cuando desaparecen, ya no tenemos motivo para estar tristes, ya han dejado de luchar, ya navegan en un mar tranquilo, donde ya no sufren, donde el amanecer es eterno.
   Y ahora quedamos nosotros, en ocasiones nuestras lágrimas, pero ante todo nos queda su esencia, el regalo que ha sido para nosotros poder compartir su breve pero intenso paso por este mundo. Lo he dicho al principio, uno no elige vivir, a lo único que se nos da derecho es a hacerlo de la mejor manera, sean cuales sean nuestras circunstancias. Hoy mis palabras van dedicadas, a un ser de los que os he hablado, a un ser especial, que luchó hasta el último aliento y que me enseñó a mí y a todos los que le rodeaban y quería que vivir es un regalo y que las almas puras  existen. A ti David, que ni yo ni los que siempre te querremos te vamos a olvidar, porque  tú me has enseñado que uno no elige como o cuando muere pero si como vivir."

   Por último te diré compañero que, por tiempo que haga que nos dejaste, uno no muere mientras alguien se acuerde de él, y a ti, en este sentido te queda vida para rato. Hasta siempre compañero, y nos vemos mas tarde que pronto, je je.

A David, el tio de la eterna sonrisa.

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